La alergia al ejercicio físico sí existe, afirma experto de Areandina

Recibir un diagnóstico por alergia a un alimento en específico puede ser algo muy común, pero cuando los síntomas tienen relación con el desarrollo de la actividad física, es cuando el dictamen médico se torna un poco confuso, ya que la práctica del ejercicio hace parte de las actividades más recomendadas por los expertos para el cuidado de la salud.

Desde 1990, se viene presentando un cambio en las enfermedades que más aquejan a las personas en todo el mundo. De acuredo con la Organización Mudial de la Salud, enfermedades como el cáncer, la diabetes, la hipertensión, la obesidad, la depresión, entre otras, son reconocidas como las más comunes en la población adolescente, adulta y adulta mayor en casi todos los países.

Dichas enfermedades tienen como punto en común los hábitos de vida de las personas. Una persona que fume, beba alcohol, tenga una dieta poco saludable o que no haga actividad física, aumenta su riesgo para desarrollar una o varias de aquellas enfermedades que son conocidas como no transmisibles.

Para Jhonatan González Santamaria, docente del programa de Fisioterapia de Areandina seccional Pereira, “la evidencia científica demuesrta que la actividad física es el hábito de vida de mayor impacto en términos de prevenir la aparición y evitar el avance de las enfermedades no transmisibles. Basta con dedicarle 2 horas y 30 minutos semanales a la práctica de actividad física para tener buena salud”.

La promoción de la actividad física debe ser una prioridad en todos los escenarios en donde transcurra la vida humana, estar atentos a situaciones particulares que pueden hacer que la práctica de la actividad física se convierta en una situación desagradable y hasta riesgosa para las personas.

“Hace ya 42 años se resgistró el primer caso de anafilaxis inducida por actividad física, que hace referencia a una reacción alérgica grave que puede llegar a ser mortal. Aproximadamente el 1,5% de las personas presentan síntomas como urticaria, prurito, angiodema en la cara, palmas de las manos y plantas de los pies inmediatamente después de iniciar algún tipo de actividad física”, explica el docente González.

Los síntomas suelen agravarse entre 5 y 10 minutos después del inicio de la actividad física, llegando a presentar hipotensión, cólico gastrointestinal, obstrucción de las vías respiratorias superiores y colapso cardiovascular. La anafilaxis inducida por actividad física presenta una sintomatología comparable con la que producen ciertos tipos de veneno.

El docente González afirma que, “aunque no se conocen muchas datos epidemiológicos o estadísticas relacionadas con la anafilaxis, es claro que existe y en muchos casos, suele confundirse con una alergia común y se descarta el ejercicio al no ser una actividad intensa y extenuante en la rutina diaria de la persona”.

Las personas que sufren de esta condición suelen tardarse en promedio 10 años en recibir un diagnóstico adecuado de su condición, principalmente asociado a que el personal médico no suele estar familiarizado con este tipo de condiciones y lo suele confundir con una alergia a los alimentos o algún alergeno en el ambiente.

Siguiendo las recomendaciones internacionales de salud, el docente González sugiere que “si al momento de realizar algún tipo de actividad física aparecen síntomas relacionados con alergia, se suspenda inmediatamente la actividad en cuestión y se consulte al médico, por lo que podría necesitar tratamiento con epinefrina para controlar la reacción y posteriormente, iniciar el proceso de observación clínica que permita el diagnóstico y acompañamiento en las estrategias de prevención de nuevos episodios alérgicos y que no le impliquen a la personas evitar todo tipo de actividad física”.

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