Las maestras fueron agredidas física verbal y psicológicamente, 4 de sus estudiantes fueron testigos del terrible suceso.
Cuando se disponían a cruzar el sitio conocido como arroyo Guerrero en el sector del barrio Villa Uriana, el vehículo donde se desplazaban 7 etnoeducadoras, 1 conductor y 4 estudiantes menores de edad, fue interceptado por 3 hombres -con características de la etnia Wayuu- fuertemente armados, para despojarlas de 6 celulares, 8 bolsos y una suma de dinero en efectivo que llevaban.
Además de quitarles sus pertenencias, las maestras fueron amenazadas por los delincuentes que las iban a violar o asesinar. Durante el atraco, las etnoeducadoras fueron tocadas en sus partes íntimas, ultrajadas verbal y físicamente y de este dramático hecho fueron testigos 4 estudiantes con edades que oscilan entre 8 y 13 años porque a los delincuentes no les importó que fueran mujeres o niños, ni mucho menos que sean de su misma etnia.
A punta de pistola, los ladrones obligaron a las docentes a que les entregaran todo «si querían quedar vivas y volver a trabajar». A una de las afectadas le golpearon el sombrero que usaba para guarecerse del sol y le reventaron los lentes medicados cuando le suplicó a los ladrones que no las manosearan.
Las maestras que van de Maicao diariamente, y llevan las meriendas de los pequeños, luego del atraco, llegaron a una comunidad Indígena cercana, donde pudieron llamar a Maicao para avisar de la situación, luego se dirigieron a las enramadas que sirven de aulas en la escuela ubicada en la Voluntad de Dios, cancelaron la reunión de padres que había sido programada para hoy y en compañía de la directora del CEIR que acudió en auxilio de sus profesoras, regresaron a la zona urbana del municipio donde fueron recibidas por sus angustiadas familias.
Aunque es un sitio diferente al anterior, esta es la quinta vez que las maestras deben enfrentar a los maleantes que operan con total libertad tanto en zona urbana como rural y que ponen en riesgo no solo la vida de etnoeducadores que deben desplazarse desde Maicao hasta las escuelas rurales, sino también la educación de zonas extremadamente apartadas y vulnerables en las que la única presencia del estado son los CEIR.
La directora del CEIR #6 Georgina Deluque manifestó su preocupación por ser esta la quinta ocasión en que sus docentes son violentados por miembros de las comunidades wayuu dedicadas a la delincuencia, sin que las autoridades generen acciones contundentes en esta zona.
Es de recordar que el 5 de marzo de 2021, 25 maestros del CEIR #6, dos conductores y la periodista Sandra Hernández, fueron vilmente atracados y violentados a unos 800 metros de arroyo Guerrero, lugar donde fueron robadas y ultrajadas las maestras el día de hoy.